La gente desaparece cuando muere. La voz, la risa, el calor de su aliento, la carne y finalmente los huesos. Todo recuerdo vivo de ella termina. Es algo terrible y natural al mismo tiempo. Sin embargo, hay individuos que se salvan de esa aniquilación, pues siguen existiendo en los libros que escribieron. Podemos volver a descubrirlos. Su humor, su tono de voz, su estado de ánimo. A través de la palabra escrita pueden enojarte o alegrarte. Pueden consolarte, pueden desconcertarte, pueden cambiarte. y todo eso pese a estar muertos. Como moscas en ámbar, como cadáveres congelados en el hielo, eso que según las leyes de la naturaleza deberían desaparecer se conserva por el milagro de la tinta sobre el papel. es una suerte de magia.
Margaret Lea. El cuento Número 13 (Diane Setterfield).
Hace unos días termine de leer un libro que acabó por atraparme noche tras noche entre sus líneas, es un libro que, a mi parecer, vale la pena leer, mas que eso, es un libro que disfrutas, que te sorprende, eh incluso puede robarte mas de un suspiro de tristeza. Tiene un secreto, y no te das cuenta que eres parte de el desde un principio… pero creo que estoy hablando de mas, aun así me resta decir que al pasar la ultima pagina, esperaba seguir leyendo y así me quedé por un largo tiempo hasta que me di cuenta que el libro había terminado y era hora de dormir.
En la noche, pude soñar con Vida Winter.
Erk
Me pase la mañana luchando con la sensación de volutas descarriladas de un mundo intentando filtrarse por las grietas de otro. ¿Conocéis la sensación de empezar un libro nuevo antes de que el recuerdo del último haya teniendo tiempo de cerrarse detrás de vosotros? Deja un libro con ideas y temas –-personajes incluso— atrapados en las fibras de la ropa y cuando abre el libro nuevo siguen ahí. […]
Margaret Lea. El cuento Número 13 (Diane Setterfield).
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